La alienación de las masas que predecía Carlos Marx está alcanzando un nivel superior en la era de la pandemia y la globalización. Sectores importantes de la clase trabajadora, fragmentada y precarizada, pierden su conciencia como trabajadores y asumen como suyas las ideas de sus opresores. El voto neoliberal refuerza el modelo impuesto en la reforma laboral de 2012 que apostó por salarios bajos, la desregularización laboral, la temporalidad en el empleo que se manifiesta de forma sangrante en la Ribera y en el ataque a la negociación colectiva sectorial.

La tibieza del actual Gobierno en la derogación de la reforma laboral está siendo acompañada por medidas que solo benefician a la banca, a grandes grupos empresariales y a empresas estratégicas que en su día fueron privatizadas. Un ejemplo es la subida de la tarifa de la luz. Castiga a los más débiles y da alas al discurso demagógico de la derecha más reaccionaria al tiempo que convierte en una parodia los salmos de aquellos que enarbolaban como bandera la lucha contra la pobreza energética.

El sindicalismo de clase tiene que exigir la derogación de la reforma laboral y denunciar los ataques neoliberales a la clase trabajadora vengan de donde vengan, así como alertar a la sociedad contra los druidas fracasados que ya probaron sus recetas para el mundo del trabajo creando pobreza y exclusión social y que con entusiasmo renovado pretenden volver a aplicarlas si llegan al poder creando una sociedad Darwinista e insolidaria.

Publicado en el Levante EMV La Ribera
Fecha Publicación: domingo, 04 de julio de 2021