En el País Valenciano, cada semana más de mil personas sufren un accidente laboral, once resultan heridas de gravedad y una fallece.  Delegados sindicales y las comisiones ejecutivas de UGT-PV y CCOO PV  recorrieron ayer el centro de Valencia para conmemorar el Día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo. Los actos convocados en recuerdo de todas las personas que han perdido la vida en sus puestos de trabajo o han sufrido graves daños y secuelas para su salud, reivindican unas condiciones de trabajo más saludables.

A lo largo de la mañana de ayer se ha realizaron actividades reivindicativas y de homenaje a quienes han perdido su vida y se han dejado la salud en el trabajo debido a unas condiciones inadecuadas, poniendo en evidencia que los daños derivados del trabajo son evitables y que los empresarios y los poderes públicos tienen una responsabilidad ineludible en su prevención.

En Valencia, la manifestación conjunta comenzó a las 12:00h en la Dirección General de Trabajo  donde se realizó una concentración. La manifestación continuó por la calle Colón hasta la sede de la Delegación del Gobierno y por último, la comitiva se dirigió a la sede de la patronal CIERVAL, donde se hizo entrega del manifiesto sindical conjunto Por el pleno empleo sin renunciar a la seguridad y la salud en el trabajo. En el mismo, se denuncian las graves consecuencias de precarización y debilitamiento de la prevención de riesgos laborales acarreadas por la crisis. La necesidad de crear empleo y riqueza ha dejado en segundo plano estas obligaciones y deberes, contribuyendo a que las autoridades sean más laxas al exigir el pago de sanciones por las infracciones o que los controles sean menos exigentes.

 

 

 

 

 

 

 

 

Durante los últimos dos años,  la caída de la ocupación en sectores de mayor riesgo y accidentalidad han contribuido al descenso en las cifras de daños, pero siguen manifestándose cifras inaceptables de accidentes y enfermedades profesionales no recocidas. En España fallecen cada día 2 trabajadores como consecuencia de su trabajo, 13 sufren un accidente de trabajo grave durante su jornada y 1.503 tienen un accidente de trabajo leve en el transcurso de su actividad. Igualmente, en España cada día 46 personas son víctimas de una enfermedad profesional. El reflejo de estas cifras en el País Valenciano, representa que cada semana, más de mil trabajadores tienen un accidente, once resultan heridos graves y uno fallece.

Además, existe un creciente subregistro de enfermedades y ocultación de daños, por lo que sin un sistema bien asentado de la prevención, y sin la implicación de todos los partícipes, no es posible obtener unos resultados donde la ausencia de daño sea el objetivo de excelencia. A juicio de ambos sindicatos no es concebible que la declaración de enfermedades profesionales con baja haya disminuido en paralelo a la caída de los accidentes, ya que en el caso de la enfermedades, desde la exposición a los efectos, existe un periodo de latencia de años. No se puede manifestar un resultado tan evidente de descenso en tan corto espacio de tiempo tras la exposición. Cuanto más si tenemos en cuenta que las Enfermedades Profesionales sin baja, es decir sin coste, han aumentado enormemente.

 

 

 

 

 

 

 

 

Respecto al incesante afloramiento de personas enfermas por exposición profesional al amianto, resulta lamentable que quede silenciada en el duelo de las familias que pierden a sus miembros sin que exista una compensación, un reconocimiento, una acción colectiva y un trabajo serio por poner coto a este problema de salud pública. UGT y CCOO exigen un tratamiento adecuado a víctimas cuyo único "delito" fue convivir con materias y sustancias que minaron su integridad física. Igualmente, pese a que desde Sanidad se reconocen más de 12.000 muertes anuales por cánceres profesionales, la falta de registro y conocimiento exhaustivo de sus causas, hace que la prevención y reducción de este tipo de morbilidad sea muy difícil.

Las malas condiciones de trabajo están privando de calidad de vida a los expuestos, que ya no sólo se ciñen a los trabajos en sectores conocidos como la minería, sino que han aflorado más casos en la construcción, la manufactura industrial y otros. Las hipoacusias o sorderas profesionales, los problemas osteomusculares son dolencias físicas que deben ser objeto de atención prioritaria por los poderes públicos.

Por último, ambos sindicatos han reiterado la necesidad de atender los riesgos psicosociales, vinculados al trabajo a turnos, ritmos de trabajo a demanda, la competitividad, la retribución por objetivos, la precariedad y alta rotación en los empleos, la falta de seguridad en los puestos de trabajo, el desempleo, etc. Estos modelos de empleo y organización del trabajo hacen de las empresas y organizaciones el caldo de cultivo de "agentes patógenos" que producen enfermedades tales como: el estrés, la fatiga crónica, el envejecimiento prematuro, el síndrome del quemado o la violencia en el trabajo.